Llegar a diseñar y consensuar un Protocolo Familiar es en la mayor parte de los casos un pasaporte a la supervivencia y desarrollo de la empresa de familia.
Efectivamente, por diversos motivos y contextos, llegar a acuerdos y cumplirlos requiere haber transitado un camino zigzagueante de encuentros y desencuentros.
La intención en esta nota es hablar exclusivamente de las conversaciones manifiestas y latentes de los participantes en el proceso de llegar al acuerdo y plasmarlo exitosamente.
La empresa se caracteriza por estos tres macro-componentes del sistema: familia, propiedad y empresa, cada una con objetivos específicos.