“En los negocios, si no comunicamos lo que ofrecemos no hay propuesta de valor para el mercado. En lo personal ocurre lo mismo: idea que no se comunica no existe”.
Nos cuesta aceptar que la calidad influye menos en el éxito de una marca personal que el ser visto y reconocido. La visibilidad crea presunción de calidad, da credibilidad, facilita la decisión. La calidad real sirve para sostener la marca.
La abundante información disponible en todos los órdenes de la vida torna imprescindible dar a conocer efectivamente lo que ofrecemos. En los negocios lo demuestra la publicidad/promoción en cualquiera de sus formas en constante evolución. En nuestro propio desarrollo personal y profesional (cada vez más ligados entre sí) ocurre lo mismo.
La comunicación es más rápida, la atención a los mensajes es más corta, la oferta es más abundante. Necesitamos expresar lo esencial en poco tiempo, sea esto un proyecto, un negocio, al relacionarnos en un medio social, o construyendo nuestra red de relaciones.
Siendo esto tan importante no asignamos a nuestras conversaciones cotidianas la misma relevancia que a una presentación o discurso. Las bases son las mismas pero los contactos del día a día son muchos más, constituyendo una oportunidad relevante para construir nuestra identidad pública.
La capacidad de captar la atención transmitiendo la esencia de una experiencia y tendiendo un puente de conexión emocional nos permite fundar relaciones de valor.
Estamos siempre a una posible conversación para alcanzar el éxito. Presentar una idea, facilitar en una reunión, narrar un suceso, escribir una nota o un mail, comentar una película o una anécdota con soltura y eficacia puede generar vínculos que se transforman en redes de capital social. La implicancia no es solamente económica, impacta en nuestra calidad de vida.
Decíamos en un artículo anterior:
“Solemos participar de situaciones sociales y profesionales de las que salimos con la sensación de haber perdido el tiempo y de haber sido víctimas de conversaciones sin sentido. ¿Qué pasa si las tomamos como oportunidad de generar algo nuevo? ¿Qué pasa si nos comprometemos poniendo en valor nuestros comentarios, narraciones, ideas, mensajes?”
Cuatro recomendaciones:
• Armar una estrategia de visibilidad: Para comunicar auténticamente comprometiéndome a entender y accionar potenciando la calidad de los vínculos.
• Ordenar lo que digo y cuento: darle sentido y propósito, fundamentarlo con lo esencial, ilustrarlo, darle contenido emocional…y final claro.
• Gestionar accesibilidad: estar presentes y comunicar. No puedo llegar a todo el mundo pero sí puedo estar disponible y accesible, elegir acciones desde la posibilidad de estar informado, no oculto.
• Consistencia y renovación: “walk the talk”. Hacer lo que comprometo y muestro. También renovarme como aprendiz permanente. Las ideas envejecen y se renuevan. Los tiempos que vivimos lo muestran a diario. Sumarse al cambio no deja otras opciones alternativas.
Como líderes, como padres de familia, comunicadores, educadores, cada contacto es una oportunidad de dar luz a una idea portadora de una propuesta de cambio.
#brandtelling #storytelling #oratoria #influencia #liderazgo