Economía conceptual en el discurso y presentaciones.
La capacidad de influir e impactar en nuestros públicos requiere establecer una lógica expositiva que apunte ordenadamente al objetivo claro del mensaje y al llamado a la acción.

Cómo? Eligiendo aquellos conceptos que sean relevantes e imprescindibles para el nudo de la propuesta y conectándolos entre sí para alcanzar un final de impacto.

La travesía que proponemos a los oyentes implica abrirles el camino para que nos acompañen con su propio aporte interpretativo en la experiencia que transmitimos y mostramos.

La audiencia, del tipo que sea, va a identificarse con propuestas que le ofrezcan cambios, sorpresas, nuevas miradas y comprensiones, a partir de lo que ya conocen. Se da muy frecuentemente la situación en la que el orador abunda en la transmisión de información dejando de lado la conexión emocional, confiando en que la racionalidad de los datos haga su trabajo.

Esta aproximación garantiza un discurso aburrido, sin impacto. Nos protegemos en la racionalidad y perdemos conexión.

Las técnicas de los mindmaps, storyboards, storytelling, exposición práctica repetida entre otras, facilitan la edición de los conceptos y contenidos irrenunciables que necesariamente tenemos que expresar.

La claridad y síntesis conceptual relevante permiten también recurrir a soportes expositivos dinámicos que ayudan a potenciar la soltura en el comportamiento escénico del orador y el impacto de la presentación y llamado a la acción



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