El primer gran desafío del aprendizaje para hablar en público pasa por comprender, definir y asumir el compromiso de un “para qué lo hacemos” alineado con nuestras creencias y valores. Tener la convicción probada de que aquello que vamos a comunicar incluye una propuesta que nos involucra auténticamente.

Es en este plano de lo intrapersonal donde jugamos lo realmente diferente, relevante y consistente del material que como oradores compartimos con nuestra audiencia.

Expresamos 5 efectos secundarios de un entrenamiento que cumple con este requisito prioritario:

  1. Alineamiento y congruencia a partir del autoconocimiento de las propias emociones, singularidad y talentos que posibilitan el auto-liderazgo y liderazgo con altos estándares
  2. Aprendizaje de habilidades de comunicación en 3D desde nuestra autenticidad y fortalezas (BrandTelling): Idea que no se comunica no existe
  3. Capacidad de influencia, impacto, conexión interpersonal y social favoreciendo procesos de cooperación y colaboración (motivación y compromiso – Team Building)
  4. Desarrollo de talentos y sinergia: mentorship replicando organizacionalmente formas de comunicación
  5. Altos estándares y calidad de origen en las comunicaciones:
  • aprovechando el conocimiento implícito y el desarrollo de talentos que anida en las redes vinculares de empresas y comunidades
  • construyendo una cultura innovadora y en aprendizaje permanente
  • generando un compromiso que realimente la cooperación, la colaboración y el emprendedorismo

 



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