Pertenecer o participar en cualquier organización implica de por sí actuar políticamente construyendo una sólida red de relaciones. Hoy más que nunca es vital mantenerse en el juego de la innovación y cambio constantes para lo cual trabajar en equipo se torna imprescindible.

En las organizaciones buscamos resultados. Y que las cosas ocurran depende de la capacidad personal de ejercer influencia, convocar, persuadir, consensuar, negociar.

Cuando efectuamos presentaciones, cuando damos discursos, cuando interactuamos en lo personal y en la profesión, la responsabilidad de “vender” la idea y generar acciones es nuestra, no lo es de nuestros interlocutores “comprarla”.

¿Cómo atrapo la atención?

¿Cuáles son las ideas clave esenciales?

¿Cómo las muestro e hilvano?

¿Cómo las fundamento y sostengo?

¿Cómo genero consenso y acción para el logro de resultados concretos?

¿Cómo creo y sostengo las historias?

¿Cómo genero identificaciones e inspiro?

¿Cómo favorezco la inclusión y motivación?

¿Cómo genero acción?

¿Cómo conecto emocionalmente con mi propio estilo?

¿Cómo complemento las herramientas del modelo TED apuntando a resultados?

Las respuestas a estas y otras tantas preguntas dependen del entrenamiento y compromiso con los resultados deseados, nuestra visión del éxito y la disposición para alcanzarlo.

Como líderes de organizaciones y equipos, y como emprendedores, inspiramos, motivamos, persuadimos, mostramos caminos para sumar voluntades, influimos creando acuerdos colectivos sobre la realidad, ponemos en valor decisiones y posicionamos en contexto nuestra identidad pública y marca personal.

Muchas presentaciones se basan en el supuesto de que lo que “vende” son los números y datos que muestran “beneficios” cuando en realidad la audiencia decide “comprar una relación” a partir de la historia que se construye en sus mentes.

Estamos comunicando quienes somos y lo que valoramos, establecemos conexión entre sistemas de valores, creamos la identificación del público con lo que contamos. Esta es la base de la influencia a partir de la generación de confianza y consenso.

De estas acciones dependen las posibilidades que abrimos o cerramos en la red de relaciones. En definitiva, diseñamos el alcance y trascendencia de nuestra singularidad y talentos orientados a logros personales y profesionales.


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