Es usual escuchar en las organizaciones que el desarrollo de la marca personal basada en talentos alimenta el individualismo y atenta contra la integración a la visión y misión empresaria.

En una consulta para el desarrollo del branding personal de mandos medios de high potentials surgió el siguiente planteo: “Qué pasa si en el transcurso del proceso alguno de los participantes se da cuenta de que no está alineado con lo que el puesto y/o la empresa le propone?”.

Esta duda me remite al trabajo de Chris Argyris, “Conocimiento para la Acción”, en el que plantea la existencia de dos tipos de valores: los “valores en uso” y los“valores en acción”. Los primeros, valores declarados; los segundos, aquellos valores que se verifican prácticamente en el día a día. Ambos contradictorios entre sí.

En el caso del planteo son visibles dos tipos de narrativas y declaraciones: por un lado quiero desarrollar talentos y actitud emprendedora en el capital humano; por el otro, temo que quede expuesto que en el proceso de la búsqueda y selección algo fue omitido.

Qué historias cuenta una empresa en estas condiciones? Cuáles son los inconversables que permanecen ocultos debajo de un discurso modernoso de management de “Capital Humano”? (En radio pasillo dejan de ser inconversables).

Adicionalmente: Qué costos implican el darse cuenta de esta realidad en forma tardía? Cursos para “desarrollar talentos” que no se tienen? Para “comprar capacitación” que luego no se lleva a la práctica por desmotivación? Que un Workshop cubra aspectos que no lo fueron desde el liderazgo? Son muchos los costos ocultos. La motivación no es mercancía comprable.

Esto, en mi opinión, no ocurre por mala intención pero sí a partir de temores que frenan acciones más efectivas.

El Management vigente dirá: “estamos en eso y lo vamos a trabajar o lo estamos trabajando”. Pero en este caso no se sigue el ritmo que impone la realidad del mercado de trabajo, sino la realidad de la inadecuación de procesos a los tiempos que corren y sus exigencias.

Iniciar conversaciones que abran procesos de posibilidad fundados en talentos y fortalezas, permite captar, capitalizar, retener y desarrollar energía innovadora y emprendedora de las personas. También expone a la complejidad humana y la necesidad de comprometer, motivar, fomentar la iniciativa personal y espíritu emprendedor.

Para ello recomendamos implementar procesos de exploración profunda de los talentos y pasiones además de las competencias técnicas. Esto implica construir activamente y desde la base misma del liderazgo y cultura oranizacional, vínculos basados en integrar las narrativas de la empresa con las del Capital Humano que sostiene el proyecto y sus realidades. Desarrollar estructuralmente la escucha activa de inquietudes dentro del marco de políticas y objetivos, visión y misión, colectivamente comprometidos.

Creo que estas condiciones son imprescindibles para participar con potencia ganadora en los desafíos que hoy enfrentan las organizaciones, inmersas en un contexto de desarrollo tecnológico vertiginoso y demandas diferentes de la fuerza laboral joven.

Construir historias que den cuenta de la vocación por incorporar al capital humano como tal.

mp

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