Está generalizada la valorización que asignamos a la construcción de la visión y misión en función del impacto en la evolución de la organización. Opino que lo que está más descuidado y con consecuencias muy disfuncionales en el proceso de este armado es: a) la falta de involucramiento activo y amplio del capital humano; b) los standards de la comunicación interna que deberían objeto de diseño y parte del tablero de comando.
Según mi experiencia, en la gran parte de las empresas encuentro declaraciones de visión y misión que responden al pensar del nivel máximo, pero que se contraponen a lo que expresan las prácticas cotidianas.
Estos dobles mensajes restan eficacia y efectividad a los valores relevantes que pueden pretender concretarse en el hacer de mediano y largo plazo. El capital humano no los cree, pierde motivación intrínseca, y así las declaraciones se convierten en expresiones vacías de contenido y pasan al cajón de las cosas olvidadas. Léase: algún botón en internet; algún capítulo copy and paste en balances, memorias, informes; comentarios sarcásticos en charlas de pasillo.
Un impacto no menor se produce en el valor de marca (Brand Equity) al resentirse la imagen de marca posicionada en el capital humano y personas relacionadas con la empresa (brand-in). Las consecuencias son el desaprovechamiento de recursos (y talentos), pérdida de liderazgo y dificultades que se manifiestan en los resultados.
La calidad de las comunicaciones están directamente relacionadas con la manifestación activa de la cultura y fortaleza de la organización. Es parte de la esencia que nutre el desarrollo de los líderes y talentos enrolando al capital humano en prácticas innovadoras y creativas. La calidad de las comunicaciones construye identidad pública potenciando y consolidando la promesa de marca.
Los standards de comunicación deben ser concebidos como parte del diseño de procesos con la misma relevancia con que se trata a las operaciones administrativas, de producción, etc. También, como dije antes, deben contar con indicadores que permitan evaluar su estado y funcionamiento en el tiempo, con mecanismos de adaptación que involucren a todos los participantes del sistema.
mariano pupkin